Mezclo lágrimas con sudor, amor con amargura, lúcida confusíon que me anima, soy un mar de sueños gelatinosos, soy dudas, soy genialidad mediocre, dispuesto a batir mis límites, soy de mi tierra y mi familia, de quien me quiere, y sobre todo, de quien me rodea.
Mezclo exclamaciones con suspiros, pocos me entienden, me guardo en la paz de los ojos que miran al infinito, siento miedo cuando me dices adiós, soy una ventisca en verano, que lleva a su paso ligero todo lo que encuentra, un torrente de alegría que como un géiser escupe agua ardiente y vuelve a reposar.
Me visto de música y sensaciones, olores que recuerdan momentos, o personas, como musgo aterciopelado que cubre la fría roca.
Mezclo naranja con azul, amarillo con morado, blanco con negro, rojo con sangre, rosa con chicle. Mezclo mi estética con tu estática. Hielo y fuego, admiro belleza residente en el caos y lo ordinario.
Mezclo querer y poder, me cuesta discernir entre la figura y el fondo, entre lo impuesto y lo puesto, disfruto el pequeño placer que otorga la fatiga y caigo al suelo, rendido.
Armonía durante mi constante discordia. Mezclo, y mezclando, mi sangre fluye hirviente a mi alma.